Como madre quieres que tus hijos se alimenten con la comida más sana; sin embargo, la nutrición de los niños va más allá de lo que consumen en la mesa de tu cocina. Y es que, a pesar de que en este momento tus hijos necesitan de tu ayuda para alimentarse, en un futuro ellos tendrán que tomar sus decisiones sobre los alimentos que consumen.
La nutrióloga Elisa Gómez Reyes, gerente médico del negocio de nutrición de Abbott, nos comparte algunos consejos sobre cómo puedes brindarles una sólida educación en materia de nutrición:
Para que los niños tengan el mejor crecimiento se requiere una dieta saludable que incluya suficientes proteínas, carbohidratos, grasas saludables, vitaminas y minerales, pero ¿cómo puedes traducir esta información a un lenguaje comprensible para los niños?
Los chicos más pequeños tienden a entender mejor con explicaciones sencillas que son fáciles de recordar. En lugar de intentar explicar cómo funciona científicamente la nutrición, utiliza frases como "la leche ayuda a que tus huesos crezcan" o "la pasta te brinda energía para correr más rápido", además recuérdales que deben "comer todos los colores del arcoíris" para obtener las vitaminas que necesitan para mantenerse saludables.
Los niños mayores pueden comprender información más detallada, y para mantenerlos interesados puedes brindarles ejemplos que son cotidianos y cercanos para ellos. Entonces, la próxima vez que tu hijo te pregunte por qué están comiendo pollo otra vez, le puedes explicar que el pollo contiene proteínas que ayudan a fortalecer los bloques de músculo que le ayudarán a tener un mejor rendimiento cuando esté en el campo jugando al fútbol o bailando con sus amigas. Cuando tu hijo esté luchando contra un resfriado, ofrécele un tazón con fruta fresca y hazle saber que las frutas y los vegetales contienen antioxidantes clave que ayudan a fortalecer su sistema inmunológico.
Cuando intentas guiar a los pequeños hacia mejores elecciones de comida puede ser tentador que únicamente te enfoques en el desayuno, el lunch o la comida; sin embargo, los refrigerios también tienen un gran impacto. De hecho, datos de la UNICEF, indican que México ocupa el primer lugar en obesidad infantili, y es que los alimentos que los niños ingieren en las colaciones pueden representar hasta el 30 por ciento de las calorías diarias que necesitan, además muchos de estos refrigerios son golosinas o frituras de alta densidad calórica, pero con bajo contenido de nutrientes como vitaminas y minerales.
Ayuda a que tus hijos tomen mejores decisiones de alimentos a lo largo del día, poniéndoles refrigerios que les brinden vitaminas, minerales, proteínas y fibra saludable. Fruta fresca, pepino y jícama picada o una mezcla de frutos secos son buenos ejemplos de refrigerios que los niños amarán. Y, no tengas miedo de ocasionalmente darles algún dulce, recuerda que un buen balance ayudará a que tomen mejores decisiones a lo largo del camino.
Los niños estarán más interesados en la comida saludable si haces que la nutrición sea divertida. Muchos chicos disfrutan acompañar a sus padres a hacer el súper, aprovecha estos momentos para enseñarles y ayudarles a entender cómo escoger diferentes tipos de comida. Cocinar también es una forma sencilla de que se involucren en la nutrición. Pídeles que mezclen los ingredientes para preparar la masa de los hotcakes o que rompan las hojas de lechuga para la ensalada. Los niños mayores pueden participar en tareas como pelar o cortar los vegetales y medir los ingredientes.
Incluir a tus hijos en actividades como la compra de la comida o la preparación, no sólo les brinda habilidades invaluables para su vida, sino que les ayuda a conocer más sobre nutrición.
Una buena nutrición significa obtener todas las vitaminas y minerales que necesitamos, pero también es disfrutar diferentes alimentos. Por lo anterior, intenta tener un espacio para una comida familiar relajada en donde tu hijo pueda apreciar la comida que preparaste. No sólo estrecharán lazos, sino que una comida en familia ayudará a establecer un programa de alimentación saludable con algunos refrigerios entre comidas, en lugar de estar comiendo pequeñas cantidades de comida a lo largo del día.
Comer juntos y hablar de los sabores de la comida y cómo se preparó, también será clave para que los niños desarrollen una relación sana con la comida. Debido a que las señales de plenitud toman tiempo para viajar del estómago al cerebro, las comidas más lentas y conscientes enseñan a los niños a aprovechar la sensación de saciedad para evitar comer en exceso.
Cuando se trata de la nutrición para el crecimiento de tus hijos, el mensaje más persuasivo es el ejemplo. Los padres son una influencia poderosa en la formación de las preferencias y hábitos de los niños. Si cocinas, comes y disfrutas la comida nutritiva, las posibilidades de que tu hijo siga tu ejemplo serán mayores.
Referencias:
ihttps://alternativas.me/index.php/numeros/28t/32-5-la-obesidad-infantil-en-mexico
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