Para los artistas, y para todos los que deseen enriquecer su vida con creatividad, una de las preguntas claves que el estudio planteó fue: ¿Cómo se suprime la crítica interna para poder entrar en el espacio creativo?
La respuesta científica, al igual que la frase de desenlace de esa vieja broma sobre cómo llegar al Carnegie Hall, parece ser práctica, práctica, práctica.
Eso fue lo que descubrió otro estudio, publicado en el Journal of Neuroscience. Los investigadores descubrieron que el córtex prefrontal se inactiva en proporción directa al nivel de experiencia de un artista. En otras palabras, a más nivel, más puede dejarse llevar y sobresalir.
Esa liberación de la autocensura y la activación del córtex prefrontal medio que la acompaña, con su conexión a la memoria personal, podría arrojar cierta luz sobre el “lado oscuro” de la libertad creativa (piense en lo que se conoce como “el artista torturado”). Las emociones difíciles suelen ser parte del proceso.
“Cuando eres un artista mucho proviene del inconsciente, y en el inconsciente puede haber mucho dolor,” afirma Einfinger. "Eso conlleva valor.”
Aunque es un médico experto, la experiencia personal del propio Limb como músico también le ayuda a explicar por qué el arte puede ser uno de los aspectos más satisfactorios de la vida.
“Creo que entiendo mejor casi cualquier experiencia humana (el amor, el dolor, el sufrimiento, la felicidad, el júbilo, el éxtasis) gracias a la música,” afirma. “Nunca sentí que nada se acercase tanto como la música a la hora de embellecer y comprender el mundo."