Pero durante una semana de mayo de 2010, Mike Sheehy pasó casi la mitad de su tiempo corriendo: 77 horas en total. Recorrió 657 kilómetros e ingresó en el Libro de los Récords Guinness por la mayor distancia recorrida en una sola semana. Esta hazaña, y la iniciativa de recaudación de fondos para la lucha contra el cáncer que lo inspiró, le valieron ser nombrado uno de los “Héroes de las 500” de la revista Fortune de este año, que reconoce a aquellos empleados de la lista de empresas Fortune 500 cuyos “extraordinarios actos de coraje, bondad y abnegación están cambiando la vida de las personas”.
Después de todo, correr carreras no es un deporte individual. Muchos, como Sheehy, corren por cuenta de otros y por causas superiores a ellos mismos. Y aunque él es quien se encarga de correr, afirma que lo que lo impulsa es el apoyo que recibe de su familia y amigos.
Sheehy, un veterano del ejército estadounidense y graduado de la academia militar de West Point, nacido en San Diego, tiene 43 años y es director sénior de adquisiciones globales de Abbott. Se enorgullece de vivir la vida a lo grande. Ha escalado cinco de las “siete cumbres” más altas del mundo, buceó en la Gran Barrera de Coral australiana y participó en el legendario encierro taurino de San Fermín en Pamplona, España. Una vez al mes, incluso, recorre caminando los 56 kilómetros entre su remota oficina suburbana al norte de Chicago y su hogar en el centro de la ciudad.
La pasión de Sheehy por correr maratones está inspirada tanto en su propio deseo de vivir al máximo, como por la imposibilidad de una de sus amigas de hacerlo.
Cuando a Julie, su ex compañera de trabajo en Abbott, le diagnosticaron leucemia, Sheehy comenzó a pensar en correr no sólo como un pasatiempo, sino como una herramienta. Julie no trabajaba en el área de Sheehy, pero todos a su alrededor sintieron el impacto del diagnóstico. Sus compañeros de trabajo hicieron una lluvia de ideas para pensar en formas de animarla y ayudarla en su batalla contra la enfermedad.
“Un día, alguien mencionó que el área debería hacerme correr con el equipo de entrenamiento de la Sociedad para la Leucemia y el Linfoma”, afirmó Sheehy. “Ellos recaudarían el dinero y yo me encargaría de correr”.