¿Realmente es mejor dar que recibir?

Es la época de regalar en muchos lugares del mundo. Ya sea que celebres Hanukkah; Navidad; Kwanzaa, la práctica basada en la cultura africana (del 26 de diciembre al 1 de enero), o el próximo Año Nuevo chino (el 8 de febrero), estamos en esas semanas del año en las que las diversas culturas fomentan que demostremos nuestro cariño hacia la familia y amigos con regalos.

¿Por qué los humanos estamos programados para ser generosos?

Abbott ha preguntando a un millón de personas en el mundo qué les hace vivir al máximo, y DAR es, consistentemente, una de las tres primeras respuestas. Eso hace sentido, puesto que nosotros, los humanos, parecemos estar biológicamente programados para ser generosos. Y científicamente, estudios afirman que obtenemos beneficios mentales y físicos reales al compartir con los demás.

Quizás sea verdad, como frecuentemente les decimos a los niños, que es mejor dar que recibir.

“Estamos en la era en la que dar es muy bien visto" afirmó Jenny Santi, autora de The Giving Way to Happiness: Stories and Science Behind the Life-Changing Power of Giving. Nacida en Filipinas y basada en Nueva York, es una consejera filantrópica de donantes y personas famosas del Sudeste de Asia y Estados Unidos. “Confluyen muchos factores. En la actualidad, a través de las redes sociales  hay una mayor conciencia de diferentes temas. De manera que muchas personas se convierten en activistas de propio derecho. No sólo son los Milllenials, (los conocidos como la generación del milenio), sino también profesionales a mitad de su carrera y jubilados."

En el libro, entrevista a líderes filántropos y celebridades sobre cómo el haber dado de sí mismos no sólo les ayudó a cambiar el mundo sino que les cambió en el proceso.

“Dar genera una sensación de conexión social” afirma la Dra. Beth McQuiston, neuróloga certificada y Directora Médica de Abbott. "No siempre se trata de una cuestión monetaria, también podría tener que ver con cuidar y ayudar a los demás. Puedes preparar más cantidad de tu sopa favorita para compartirla con amigos, colegas o vecinos. Quizás puedes ayudar a un vecino de edad avanzada cortándole el césped, recogiendo las hojas o limpiando su entrada de la calle. No tiene que ser un gesto monumental. La clave es la conexión humana."

Hablamos con Santi y McQuiston sobre cinco razones por las que las personas están genéticamente predispuestas para dar, y algunas podrían sorprenderte.

De manera que cuando decidas entre elegir un pequeño regalo o hacer algo bueno por las personas a las que normalmente no les regalarías nada, adelante. Te beneficiarás tanto de ello, si no más, que ellos.

1. Nuestra programación biológica es bastante universal.

Aunque McQuiston afirma que algunas personas son más empáticas, “ayudar a los demás es en realidad una ventaja de supervivencia porque ayuda a la especie a mantenerse con vida." Aunque dar es intrínseco a todas las culturas, se lleva a cabo de maneras diferentes en todo el mundo. Por ejemplo, Santi dirigió recientemente un estudio con INSEAD, la escuela de negocios líder en el mundo, en 10 países asiáticos y encontró la razón n° 1: dar filantrópicamente es "crear un legado". Consiste en “encontrar el sentido tras el éxito,” afirma. “Al final, la gente se pregunta ‘¿Por qué seré recordado?"

2. Al igual que el chocolate y otros antojos, dar nos hace sentirnos bien.

Esto es porque las partes del cerebro de los “circuitos del placer” que nos hacen sentirnos bien y que regulan las respuestas emocionales al dar a otros, están conectadas. McQuiston nos cuenta que cuando sabes perfectamente a quién estás ayudando, podrías sentir un estímulo especial porque estás más conectado a ello. Y esto es bueno para las obras de caridad. Así como la gente que corre y se siente bien, tú te sientes motivado por dar más.” Así que en vez de recurrir al helado de chocolate cuando te sientas decaído, intenta hacer algo bueno por alguien más. A ambos les proporcionará un impulso necesario (sin las calorías extra).

3. Dar nos proporciona un "estímulo" neurológico.

Un estudio de la Northwestern University Medical School liderado por el neurocientífico cognitivo Ph.D. Jordan Grafman, se centró en por qué dar estimula los centros de recompensa del cerebro. Usando imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI) para medir la actividad del cerebro, su equipo preguntó a los voluntarios si donarían a organizaciones benéficas específicas. Según The Atlantic, el equipo de Grafman descubrió que el sistema mesolímbico del cerebro, su vía del placer y la recompensa, se iluminaba. “Algunas personas realmente se sienten muy motivadas para seguir dando,” comenta McQuiston. “Sienten un estímulo por ello, al igual que de cosas como correr, el amor, el dinero y el sexo. Pero para la mayoría de las personas, dar simplemente les hace sentirse bien.”

4. La generosidad hoy puede mantener alejado al médico.

Santi cita la investigación de la Universidad Carnegie Mellon que descubrió que “ser voluntario durante 4 horas a la semana disminuye drásticamente la tensión arterial en adultos mayores. Existen factores de estilo de vida positivos que podemos integrar en nuestras vidas y pueden ayudar a las personas a envejecer satisfactoriamente y de manera más sana. Ser voluntario es una manera de hacerlo.” McQuiston añade que hay múltiples estudios científicos que muestran que ser voluntario también “ayuda a disminuir el estrés, los niveles de cortisol (que pueden aumentar los niveles de azúcar en sangre y mermar el sistema inmune) y la tensión arterial. Ella menciona el llamado “impulso del que ayuda" estudiado por el neurocientífico del National Institutes of Health, Jorge Moll, que conlleva a la liberación de neurotransmisores que nos hacen sentir bien, como la oxitocina y la vasopresina.

5. Sentir la gratitud de los demás te hace más feliz.

“Muchos de nosotros pensamos que dar de manera anónima es más virtuoso,” afirma Santi, que entrevistó al profesor de Harvard Business School, Michael Norton sobre el tema. “No obstante, los estudios muestran que dar públicamente produce mayor felicidad y satisfacción. Y la razón es que cuando uno da públicamente, se permite la oportunidad de experimentar la gratitud de aquellos a los que ayuda.” En su libro, cita un viejo proverbio chino: “Si deseas felicidad durante una hora, tómate una siesta. Si deseas felicidad durante un día, ve a pescar. Si deseas felicidad durante un año, hereda una fortuna. Si deseas felicidad de por vida, ayuda a alguien."

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