P: ¿A qué se debe que los seres humanos estemos constituidos para sentir la necesidad de vacaciones y descanso? ¿Hay algo en nuestro cerebro que realmente necesite una pausa para descansar y recuperarse de nuestras actividades cognitivas habituales?
R: “Cuando uno comienza a planear unas vacaciones, aunque no se las tome, eso puede mejorar su estado de ánimo. Esa mejora del estado de ánimo o “elevación” mental puede comenzar a surtir efecto inmediatamente. El ‘proceso de restauración’ cuando uno se toma vacaciones se llama también ‘recuperación’: reversión de los efectos negativos del exceso de trabajo. La recuperación se produce tanto por la liberación de las demandas del trabajo, como por la participación en actividades placenteras y elegidas por uno mismo. Cuando uno está permanentemente en actividad y bajo presión, las hormonas del estrés pueden dispararse, lo que puede afectar la salud. Dependiendo de la persona, esto puede traducirse en más resfriados, dolores de cabeza y enfermedades más frecuentes. Cuando uno se relaja, duerme y se alimenta adecuadamente, ayuda a que la salud recupere el equilibrio”.
P: ¿Desconectarnos y alejarnos del trabajo y de nuestras rutinas habituales tiene beneficios reales para la salud o el cerebro?
R: “Hay muchos beneficios. Por ejemplo, relajarse puede hacer bajar el nivel de cortisol o de las hormonas del estrés. Es importante descansar, reanimarse y reducir la posibilidad de que se produzca un agotamiento mental. Uno quiere recuperar las energías tanto mentales como físicas. Algunas investigaciones muestran que conectarse con lo que uno disfruta, obtener una nutrición adecuada, hacer ejercicio y dormir puede ayudar a optimizar los niveles de serotonina y dopamina. La serotonina (un neurotransmisor que ayuda a mantener la estabilidad del humor) hace que uno se sienta bien, y la dopamina forma parte del centro de recompensas del organismo”.
P: ¿Por qué da la impresión de que algunos de nosotros nos enfermamos justo cuando finalmente nos vamos de vacaciones o nos tomamos unos días libres? ¿Qué podemos hacer para reducir las posibilidades de que eso suceda?
R: “Si uno viaja y asiste a eventos durante la máxima temporada de gripe, debe asegurarse de lavarse las manos con frecuencia y evitar tocarse la nariz, restregarse los ojos o tocarse la boca, ya que éstas son maneras fáciles de contagiarse gérmenes. Recuerde que usar desinfectante para manos puede ayudar, pero que para algunos virus, como el norovirus, lavarse las manos con frecuencia y evitar el contacto con personas enfermas es fundamental. Además, dependiendo del lugar a donde esté viajando, puede necesitar determinadas vacunas con anticipación, y tal vez deba llevar algunos medicamentos con usted. Asegúrese de consultar a su médico para obtener recomendaciones relacionadas con la salud antes de viajar”.
P: ¿Cuánto duran esos efectos positivos de irse de vacaciones? ¿Nos beneficiamos de la misma forma si nuestras vacaciones son largas o cortas?
R: ”Muchas de las investigaciones muestran que los beneficios pueden durar hasta tres o cuatro semanas, pero a partir de entonces pueden desvanecerse. Los efectos de unas vacaciones cortas de cuatro a cinco días de duración pueden ser tan poderosos como los de unas vacaciones más largas. Dependiendo de la persona, incluso podría ser más benéfico programar varias vacaciones cortas en lugar de un único periodo de vacaciones largas. Además, las investigaciones muestran que la actividad física adecuada durante esas vacaciones puede contribuir aun más a que la experiencia sea positiva”.
P: Desde una perspectiva psicológica, ¿cómo es que tomarnos días libres y desconectarnos nos ayuda a vivir más plenamente en general?
R: “Lo ideal es que uno pueda tomar distancia de los pensamientos relacionados con el trabajo. Es en ese sentido que unas vacaciones breves pueden ser más benéficas, porque durante unas vacaciones largas uno siempre está reportándose. De todos modos, no parece ser un efecto de “todo o nada”. Si es necesario reportarse, hágalo. Si bien el estímulo mental que uno puede obtener al desvincularse totalmente puede ser un poco mayor que si uno mantiene el contacto para dar seguimiento a algunas cosas, de todos modos es mejor que no tomarse vacaciones en absoluto”.